Egan Bernal y la espina dorsal del ciclista
Hay más en lo simbólico que en lo real. Que Egan Bernal se proclame campeón de Colombia en contrarreloj y en línea no hubiese sido noticia en el ciclismo prepandémico, cuando el campeón del Tour de Francia y Giro de Italia aún era el ciclista top del momento, con la juventud, las portadas y el poder de la tendencia de su lado. La circunstancia, que sacudió al mundo en forma de virus global primero y al colombiano en forma de autobús después, se hizo más fuerte. El panorama es otro, es evidente. Antes del aterrizaje de los grandes ciclistas mediáticos en el aeropuerto internacional, lo había hecho el bogotano, quien arremolinaba a su alrededor toda esa prensa que hoy persigue a quienes ocuparon el nido vacío. En el caso de estos grandes talentos, el olvido llega, pero el recuerdo permanece en forma de ascua, siempre esperando un recodo de oxígeno que reavive fuegos pasados. El gran campeón vuelve a lo alto de un podio cuatro temporadas más tarde, desde que el rosa se abriera paso en la ...








